Y los precios siguen subiendo!

Iniciamos el año con la noticia de que la canasta básica aumentó C$1,699.04 y la gran desilusión de que el salario mínimo subió apenas C$571.95, es decir ni cerca de la mitad de lo que subió el costo de la comida, para luego ver una toma de posesión presidencial palmada donde uno de los pocos presidentes que llegó, el de Honduras, días después lo sacaran encadenado de su casa por delitos de corrupción y narcotráfico.
 
No nos habíamos recuperado del golpe por los gastos de fin de año cuando vino el golpe del gasto por el regreso a clase, lo que me hizo pedir prestado a la vecina para poder comprar los cuadernos de Tuyo. Luego el aumento en el precio del queso donde nadie supo a ciencia cierta por qué aumentó y por qué bajó pues el estado no da información de nada, aunque sospecho que la gente no compró queso lo que hizo que bajara, al menos en mi familia nadie compró queso en ese tiempo.
 
Pensé que nada podía venir a peor, pero vino la famosa guerra de Rusia contra Ucrania, donde las sanciones de la Unión Europea y Estados Unidos sobre Rusia alarmaron el temor de aumentar las sanciones sobre los países que apoyan a Putin, dentro de ellos Nicaragua; esto era un gran campanazo para que nuestra situación empeorara pues como siempre los que sufrimos las verdaderas consecuencias de esos pleitos somos la gente del pueblo.
 
Escuché en la televisión que el domingo el precio del combustible va a aumentar. La gasolina súper aumentará C$ 1.08, la gasolina regular aumentará C$1 y el diésel C$1.19, situación que hizo que no encargara el nacatamal para el domingo. Aunque no tengo carro, se que el aumento del combustible hace que todo se ponga caro porque los costos de transporte aumentan, desde el lechero que tiene que ocupa un vehículo para dejar la leche a la orilla de la carretera, el agricultor que transporta su cosecha hacia el mercado, hasta los vendedores que necesitan trasladar sus mercaderías para poder ubicarse en un buen punto donde ofrecer sus productos.
 
A este paso, ojalá que no suban los precios del transporte colectivo porque si suben les diré adiós los buses y voy a caminar para ahorrar dinero. Se viene marzo, pero con estas subidas de precios y los salarios tan bajos, la semana santa la tengo empeñada. Por eso me quedaré en casa viendo esas famosas películas cristianas kilométricas con el abanico prendido porque prefiero estar al día con el señor de la pulpería que sacar a Tuyo a la playa con el dinero que no tengo.
 
Dicen que en semana santa ocurren milagros, con este rosario de sucesos, esperemos que ocurran varios milagros. 

Atentamente,

La Mamá de Mía.